lunes, 31 de julio de 2017

Suspira


Lo que más me gusta de sus ojos es el misterio de no saber que esconden.
Algunos días, su cabeza tibia se agrieta y me deja ver algunos secretos.

Velas acondicionan el lugar. 
Al final del pasillo se suelen escuchar las voces de los cantos de las niñas perdidas.
Amarillos sus vestidos, perfumaditas con lavanda.
La naturaleza las abraza y el universo por un momento se queda quietito para oírlas cantar.

Las canciones del olvido son tristes
¡No estas! Estas no guardan dolor ni rencor

Sintonía.
Armonía

En tus manos; EL milagro
Se evaporan los miedos y, entonces, voy siguiendo con sigilo las polillas que me cuentan que puedo navegar horas por las noches y así, nos darán las estrellas de certificado y podremos con ellas hacer lo que queramos.

Me gustaría, a veces, dejar de pensar en el camino y en tanta muerte del destino si al final no somos solo nosotros los dueños de los instantes que nos pertenecen
La ultima luz de la tarde congelada
Las caminatas por el filo del horizonte
Esas cosas que son y no son a la vez. 
Porque así es el loop de esta vida
Una, dos o quizá millones de veces, el mar nos tapara con torbellinos de besos y viento
Y nos traerá a la arena de nuevo serenos

Suspira
Son
Somos

Lo eterno en la brevedad
Las horas pasan y olvidan

Tranquilo, suspira.


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