lunes, 27 de junio de 2016

Relativismo vivencial



Quiero vivir toda la vida agarrada de tu mano o acostada en tu pecho como cuando era chiquita y me decías que todo es relativo, y yo me reía.

Me reía porque no tenía idea a que te referías, después me dormía hasta que el sol entraba por la ventana o vos me llamabas, porque se me hacía tarde para ir a jardín.


 Un día sin querer descubrí que vos no te ibas enseguida, que te quedabas sentada al lado de la cama para ver como yo estaba. Nunca estaba bien, porque siempre tenía miedo a todo, porque era (y soy) una bola de ansiedad a la que todo le da vergüenza o la incómoda. Luchaste tanto con eso que a veces me canso por vos.


(Luchaste tanto conmigo que también me canso de mi).


No te creas que me olvido de tus noches en vela prometiéndome que no se me paraba el corazón, o de la oreja pegada a la puerta del baño intentando que no me duela más nada, que este sana de nuevo y para siempre. 


Ahora entiendo que todo es relativo, porque aunque no estés, te siento conmigo.


miércoles, 22 de junio de 2016

FIN



Si alguna vez me pasa algo no quiero que te preocupes por mi cuerpo. Preocúpate por aferrarte a mis escritos antes que nadie, esos que siempre llevo en la mochila, en el cuadernito que vos sabes. Te regalo mis poesías donde está toda mi alma. 


Ahí voy a vivir siempre.